martes, 13 de mayo de 2008

Yo enseño la iluminación inmediata, repentina.

La meditación que estás practicando te prepara para ese gran silencio en que la existencia se convertirá en una llama dentro de ti.

Etsujin escribió el siguiente haiku:

Cayendo

pero con los corazones ligeros;

amapolas.

Las flores caen con los corazones ligeros. Ni siquiera miran hacia atrás a la planta en la que florecieron, la planta que fue su hogar durante tanto tiempo, la planta que fue su alimento durante tanto tiempo. Ahora regresan a la tierra de donde vienen.

Caen, pero con los corazones ligeros... No hay pesar. Disfrutaron del sol, disfrutaron de la luna, disfrutaron de las estrellas. Bailaron en el viento, bailaron en la lluvia, bailaron, celebraron. ¿Qué más se necesita? Es hora de ir hacia el descanso eterno. Por eso sus corazones están ligeros, sin tensión, sin ansiedad. Vivieron plenamente y ahora mueren bailando. Están cayendo muy suavemente hacia la tierra, donde desaparecerán de nuevo. Salieron de la tierra y vuelven a la tierra; el círculo se cierra.

Tal como las flores surgen de la tierra y vuelven a la tierra a su descanso eterno, tú surges de la existencia y vuelves a la existencia si tienes el corazón ligero. Entonces ya no regresarás a la prisión de un cuerpo. Simplemente volverás a la fuente misma de donde surgiste, al descanso eterno.

Ese descanso eterno es nirvana, ese descanso eterno es moksha, ese descanso eterno es liberación. Ese descanso eterno es samadhi, verdad, iluminación; nombres diferentes para una misma experiencia. Has regresado a casa, y has regresado a casa bailando, sin remordimientos, sin quejas, con el corazón ligero, pacíficamente, silenciosamente, para desaparecer. Ésta es la experiencia más exquisita, cuando estás a punto de desaparecer con el corazón liviano y relajado, una liberación simple y pura.

Osho-"El dios que nunca fue"

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