viernes, 16 de mayo de 2008

Cuando la muerte llama a tu puerta vete con ella totalmente consciente.

Habéis escalado las alturas del ego y descubierto que allí sólo hay bajeza y mezquindad.

Habéis vivido en palacios pero vuestra pobreza interna no ha de saparecido.


Podéis haberlo conseguido todo, logrado todo, pero sólo os convertiréis en una persona sabia cuando caigáis en la cuenta de que todo ello no vale nada. Sólo entonces comprenderéis que en la vida no hay nada que valga la pena alcanzar. A pesar de haber buscado por todos los rincones, habéis descubierto que en vuestra vida no hay nada que tenga sustancia. Lo aprendéis a través de vuestra propia y vasta experiencia. No es algo que se aprenda escuchando a alguien, ni leyendo las palabras de Kabir o escuchándome a mí. De ninguna de esas maneras comprenderéis que el juego de la vida se lleva a cabo sumidos en la ignorancia. Sólo lo comprenderéis a través de vosotros mismos y de vuestra propia experiencia. En este mundo no hay lugar para la persona iluminada. Aquí no tiene nada que hacer. Este mundo es un juego de niños; son niños los que juegan enfrascados en él. Cuando estéis iluminados os reiréis; entonces también veréis que sólo es un juguete. Entonces sabréis. Entonces estaréis iluminados. Y en el momento en que os deis cuenta de esto se romperá la cadena de los deseos.

Cuando llega la hora de morir hacéis todo lo posible por salvaros. Estáis aterrados y tembláis. Sois un océano de inquietud y agitación. Os veis arrastrados hacia la muerte; no queréis que la fuerza vital abandone vuestro cuerpo. Os aferráis al cuerpo todo lo posible y hay que separaros de él por la fuerza. Morís llorando; morís angustiados. Morís como hombres derrotados, totalmente desamparados.

Sentaos cerca de un hombre que esté muriendo y veréis los desesperados esfuerzos que hace por aferrarse a la vida. Hacedlo porque puede que no estéis lo suficientemente conscientes para verlo en el momento de vuestra propia muerte. El hombre agonizante trata de aferrarse a cualquier cosa para permanecer vivo un poco más y para quedarse en esta orilla un poco más. Ha llegado la llamada para partir procedente de la otra orilla, el barco os está esperando en esta orilla, el barquero os hace señas, os dice que os deis prisa: «Se le ha acabado el tiempo», dice, y pregunta: «¿Por qué se aferra a esta orilla?».

Entonces dices: «Por favor, espere un momento. ¡Déjeme disfrutar un poco más!». Has sido infeliz a lo largo de toda tu vida y no obstante deseas un momento más con la esperanza de alcanzar un poco de felicidad. Ésa es la tragedia.

Mueres insatisfecho y sediento. Has bebido agua de varios arroyos pero no has podido apagar la sed. Tu hambre es insaciable y no pudiste satisfacer tus gustos, y por ello tus deseos permanecen donde estaban. Tus deseos permanecen aunque hayas pasado por todo tipo de experiencias. Continúan molestándote hasta el momento de la muerte. Ese tipo de muerte es la que padece alguien ignorante y estúpido.

Si tras haber pasado por todo tipo de experiencias tus deseos empiezan a desaparecer y empiezas a reír, si comprendes que tratar de obtener felicidad de esta vida es como intentar obtener aceite de la arena... Si te das cuenta de que en esta vida no puede existir ningún tipo de relación auténtica y que no hay forma de obtener felicidad... Si ves que has estado vagando en vano, que has viajado en un sueño... Si te haces consciente de todo ello, entonces te habrás convertido en un ser sabio. Conviértete en sabio antes de morir. Ya has muerto muchas veces. Cuando la muerte llama a tu puerta vete con ella totalmente consciente. Acompaña a la muerte como haría alguien iluminado. No llores ni grites como un niño al que le quitan un juguete. No seas infantil en el momento de tu muerte.

Muere con una sonrisa en el rostro.

Dile a la muerte:

«Eres bienvenida. Estoy preparado».

Y al decirlo no debe quedar en ti ni el más mínimo rastro de pesar. En realidad, si has llegado a conocer realmente la vida, en tu voz habrá gozo y éxtasis, y ningún rastro de pesar.

Osho-" El Libro de La Vida y La Muerte"

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