miércoles, 17 de marzo de 2010

«Kabir se encontró con la muerte para no volver a morir».


Ése es el arte. Ésa es la demostración de que ya no hay muerte.
Si haces correctamente una cosa una vez, no tendrás que volver a hacerla. Sólo hay que volver a hacer una cosa cuando no se ha hecho correctamente la primera vez.

La existencia nos proporciona una oportunidad tras otra de vivir correctamente.

No hay prisa; hay tiempo por delante. Y mientras sigas cometiendo errores volverás a ser arrojado al mundo. Sólo serás atrapado en su red cuando regreses a la existencia con una experiencia completa de esta vida.
Eres como un niño que repite curso una y otra vez hasta que aprueba. Al niño le decimos que no pasará de curso hasta que apruebe el presente.

La morada del amor permanece cerrada para ti de la misma manera, hasta que atravieses la vida.
El arte de la vida es atravesar la vida con éxito.

Y el hombre que lo consigue ya no tiene nada que aprender en este mundo. Ha aprendido todo lo que podía aprenderse en este mundo de materia. Ha pasado por la ordalía de los anhelos y atravesado el fuego de los deseos. Entonces se abre para él la puerta hacia un curso superior; entonces puede ser admitido. Ha aprendido todo lo que había que aprender en este mundo, así que la puerta se cierra para él. Ya no puede regresar:

«Kabir se encontró con la muerte para no volver a morir».
Vive de manera que no tengas que pasar por otro nacimiento y muere de manera que no tengas que pasar por otra muerte.
Si hay nacimiento deberá haber muerte; la muerte será automática. Así que vive de manera que no exista otro nacimiento y tampoco habrá más muerte para ti.
Todo el mundo quiere salvarse de la muerte.

¿Puedes encontrar a alguien que no quiera salvarse de la muerte?

¿Por qué, si quiere, no puede salvarse?

No podrás salvarte de la muerte mientras no quieras salvarte del nacimiento. Nacer es el otro extremo de morir. Si dices que quieres nacer una y otra vez estás diciendo tonterías. Todo eso significa que no has comprendido una sencilla regla aritmética:
Nacer es un extremo de la vida y morir es el otro.

El hombre que nace deberá morir Lo que ha comenzado llegará a su fin. Pero si no hay fin tampoco puede existir un principio. Así que si deseas salvarte del fin, no desees el principio. No anheles el principio si lo que deseas es no empezar, el infinito. Intenta salvarte del comienzo.

En tu esfuerzo te servirán de ayuda incluso las pequeñas experiencias de la vida
.
OSHO