lunes, 28 de febrero de 2011

"NO SEAS TONTO ; EL CIELO NO ES TAN BARATO"-OSHO




Era un bar muy ostentoso en la mejor parte de la ciudad.
El recién llegado ordenó una botella de cerveza. Y pagó con un billete de un dólar; se sorprendió cuando el barman le devolvió noventa centavos. Cuando le preguntó al barman, éste le dijo que sólo cobraba diez centavos.
El cliente, estando hambriento y complacido con los aparentemente bajos precios del lugar, pidió un bocadillo de jamón y queso con pan de centeno.

«Eso serán quince centavos» -dijo el barman.

Los ojos del cliente se desorbitaron:

«No lo comprendo. ¿Cómo puedes vender tan barato?» -preguntó.
«Escuche amigo -le contestó el barman-, yo sólo trabajo aquí. Yo no soy el jefe. ¡Él está en el piso de arriba con mi mujer y yo le estoy haciendo lo mismo a él aquí abajo!»

Hay ciertas mentes que siempre funcionan de una forma comercial; en todas las dimensiones de la vida son siempre negociantes. Si tú eres de esa clase de negociantes, entonces...
Este no es un lugar para ti.
Este es un lugar para jugadores, este es un lugar para gente que puede arriesgar; que puede arriesgarlo todo por nada.

Sí, exactamente por nada, porque la meditación te llevará hacia la nada. Pero aquellos que llegan a la nada de la meditación se dan cuenta inmediatamente de que, además, han llegado a la plenitud de Dios. Tu nada es la plenitud de Dios, este es el otro aspecto. Tú te conviertes en nada, y de repente una gran plenitud desciende sobre ti; estás rebosante de Dios.

Al convertirte en nada te vuelves espacioso, te conviertes en el anfitrión del gran huésped.
Pero si estás constantemente calculando, no puedes convertirte en nada. ¿Cómo vas a abandonarlo todo para ser nada? Siempre estarás calculando: te moverás con cautela.
Entonces esto no es para ti. Entonces vete con cualquiera de los viejos, tradicionales seudo-maestros. Ellos te consolarán.
Ellos te dirán que puedes seguir siendo un hombre de negocios e incluso que puedes abrir una cuenta bancaria en el paraíso.


Sé caritativo, da algo de caridad: haz donaciones para los pobres; haz donaciones para el templo, o la iglesia, o la sinagoga, el hospital, la escuela; y serás recompensado en la otra vida. Simplemente haz las cosas virtuosas que te puedas permitir. Si explotas a la gente, siempre les puedes devolver una pequeña parte. Puedes donar un poco a la iglesia, a alguna institución caritativa, puedes dar algo de dinero para los pobres. Estos son consuelos. Y se te reservará un lugar en el cielo.

No seas tan tonto; el cielo no es tan barato.


De hecho, ese lugar llamado cielo no existe en ninguna parte; es algo que está dentro de ti. Ninguna caridad puede llevarte allí. Pero si llegas allí toda tu vida se vuelve caridad; ese es un fenómeno completamente diferente. Si llegas allí, toda tu vida se convierte en compasión.
Sigue siendo un hombre de negocios, pero durante algunas horas olvídate de ello por completo. Yo no estoy aquí para decirte que huyas de tu vida ordinaria. Te estoy diciendo la forma y los medios, la alquimia, de transformar lo ordinario en extraordinario. En tu negocio sé un hombre de negocios, pero en tu casa deja de serlo. Y algunas veces durante unas horas olvídate incluso de tu casa, tu familia, tu esposa, tus hijos. Durante unas horas estate solo contigo mismo. Sumérgete cada vez más profundamente en tu propio ser. Disfruta de ti mismo, ámate a ti mismo.
Y poco a poco te irás dando cuenta de que está apareciendo un gran gozo sin que haya una causa en el mundo exterior, no causado por lo exterior.
Eso es meditación.
Sentado en silencio, sin hacer nada, llega la primavera y la hierba crece por sí sola.


OSHO