miércoles, 30 de abril de 2008

La muerte nos rodea como un océano rodea una islita.

La isla puede quedar inundada en cualquier instante. El instante siguiente puede que nunca suceda, el mañana puede no llegar nunca.



Los animales no son religiosos por la sencilla razón de que no tienen conciencia de la muerte. No pueden concebirse muriendo, aunque vean hacerlo a otros animales. Que alguien observe a otro ser muriéndose y que llegue a la conclusión de que «yo también voy a morir», representa un avance espectacular. Los animales no están tan alerta ni son tan conscientes como para llegar a tal conclusión.
Y la mayoría de los seres humanos también son infrahumanos. Un ser humano es auténticamente maduro cuando llega a esta conclusión: «si la muerte le llega a todo el mundo, entonces yo no puedo ser una excepción». Una vez que dicha conclusión penetra en lo más profundo del corazón, la vida ya no vuelve a ser igual. No se puede seguir apegado a la vida como antes. ¿Qué sentido tiene ser tan posesivos si nos será arrebatada? ¿Por qué apegarse y sufrir si un día desaparecerá? ¿Para qué tanta desdicha, angustia y preocupación si la vida no va a durar para siempre? Si tiene que irse, se irá, y por tanto no importa cuándo. El momento deja de tener importancia: hoy, mañana, pasado mañana... la vida acabará yéndose. El día en que seas consciente de que vas a morir, de que tu muerte es una certeza absoluta... sabrás que la única certeza en la vida es la muerte. Nada es tan absolutamente cierto. Pero no obstante, seguimos evitando la cuestión, la cuestión de la muerte. Seguimos ocupándonos en otras cosas. A veces hablamos de grandes temas -Dios, cielo e infierno- sólo para evitar la auténtica cuestión. La auténtica cuestión no es Dios, no puede serlo, porque ¿qué familiaridad tenemos con Dios?, ¿qué sabemos de Dios?
¿Cómo podemos indagar en algo que nos es totalmente desconocido? Sería una indagación vacua. Como mucho sería curiosidad juvenil, infantil, estúpida.

Osho- El Libro de la Vida y La Muerte"

La separación del cuerpo y la conciencia es la muerte.

Como existe esa separación, no tiene sentido llamarla muerte... es como soltar, romper una conexión.
No es nada más que cambiarse de ropa.



Así pues, alguien que muere con conocimiento nunca muere, y por ello la cuestión de la muerte nunca surge para él. Nunca llamaría muerte a una ilusión. Ni siquiera sabría decir quién muere y quién no. Sólo diría que lo que llamamos vida hasta ayer era meramente una asociación. Esta asociación se ha roto. Ahora ha empezado una nueva vida que, en el sentido anterior, no es una asociación. Tal vez sea una nueva conexión, un nuevo viaje. Pero sólo puede morirse en un estado de conciencia cuando se ha vivido con conciencia. Si has aprendido a vivir conscientemente, podrás morir de la misma manera, porque el morir no es sino un fenómeno de la vida; tiene lugar en la vida. En otras palabras, la muerte es el suceso final de lo que entiendes que es la vida. No es nada que suceda fuera de la vida.
Es como un árbol que da fruto.



Primero el fruto es verde, luego empieza a volverse amarillo. Cada vez es más amarillo hasta que finalmente es totalmente amarillo y cae del árbol. Esa caída del árbol no es un suceso aparte del proceso de maduración del fruto, sino que es la consumación final de la maduración.
La caída del fruto del árbol no es un suceso externo, sino más bien la culminación del proceso de amarilleamiento, de maduración, por el que ha pasado.

¿Qué sucedía cuando el fruto era verde?

Se estaba preparando para enfrentar el mismo suceso final. Y ese mismo proceso continuaba cuando todavía ni siquiera había florecido en la rama, cuando seguía oculto en el interior de la rama. También en ese estado se preparaba para el suceso final. ¿Y cuando el árbol ni siquiera se había manifestado, cuando continuaba en el interior de la semilla? También entonces se estaba preparando el mismo suceso. ¿Y cuando la semilla ni siquiera había nacido y se hallaba oculta en algún otro árbol? También entonces se llevaba a cabo el mismo proceso.
Así pues, el suceso de la muerte forma parte de la cadena de acontecimientos que pertenecen a un mismo fenómeno. El suceso final no es el fin, es sólo una separación. Una relación, un orden, es reemplazado por otra relación, por otro orden.
Osho - "El Libro de la Vida y la Muerte"

martes, 29 de abril de 2008

"Siempre recuerda que cuando estés con alguna persona, puede ser la última vez"

No la desperdicies en trivialidades, no crees problemillas ni conflictos sin sentido.
Cuando viene la muerte no importa nada más. Alguien hace algo, dice algo y tú te enojas: piensa en la muerte. Piensa en esa persona o en ti muriendo; ¿qué importancia tendrá que haya dicho eso? Y tal vez él no lo decía en ese sentido, puede haber sido sólo tu interpretación. El noventa y nueve por ciento de los casos es una interpretación.
Recuerda:
Cuando estés con alguna persona, él o ella no será la persona que conocías, pues todo cambia continua­mente. No puedes bañarte dos veces en el mismo río ni puedes encontrarte dos veces con la misma persona. Puedes ir a ver a tus padres, a tus hermanos, hermanas o amigos, pero habrán cambiado. Nada permanece igual. Tú has cambiado, no vas a ser el mismo, y no los vas a encontrar iguales. Si recuerdan estas dos cosas, el amor florece entre los dos. Siempre mira a una persona como si fuera la primera vez que la vieras. Siempre mira a una persona como si fuera la última vez que la fueras a ver. Y así es como es.

"Este pequeño momento de encuentro puede llenarte inmensamente".
Osho-Tónico para el alma

lunes, 28 de abril de 2008

"Una vez hice un viaje por toda India con un amigo.

Él estaba todo el rato con la cámara de fotos. Cuando estábamos en los Himalayas, no estaba interesado en los Himalayas, sino en hacer fotos. Una noche de luna llena estábamos contemplando el Taj Mahal, y él sólo estaba interesado en hacer fotos.
Después de un rato juntos,
le pregunté:

-¿Qué haces? El Taj Mahal está aquí. No te veo mirar el Taj Mahal. Estás todo el rato preocupado por tus fotos, por si saldrán o no, por si habrá luz suficiente o no.
Él contestó:
-¿Para qué me voy a preocupar por el Taj Mahal? Después voy a hacer un álbum estupendo de todo el viaje. Entonces ya me podré sentar tranquilo y ver todo.

Esto es "kodakomanía": estar más interesado en ver las fotos que en la realidad.

Interésate más por la realidad. Y cada vez que tu mente intente alejarte de la realidad las fotos, las ficciones, los sueños , estate alerta, vuelve. Vuelve al momento presente.
Había un médico que solía venir aquí... No hacía más que tomar apuntes; mientras yo hablaba, él cogía apuntes.
Yo le dije:

-Intenta entender mientras hablo.
Él contestó:
-Pero es bueno que tome apuntes, porque después, en casa, con tranquilidad, puedo repasarlos y entenderlos.
Ese hombre nunca será capaz de entender lo que digo, porque no es una cuestión de tomar apuntes; es una transferencia de un determinado tipo de visión. Nunca me miraba porque estaba mirando a su cuaderno. Y tampoco creo que tomara apuntes, porque cuando había terminado de escribir algo, yo ya había dicho otra cosa que se había perdido. Sólo sería algo fragmentario. Y después haría un conjunto de todo eso; ese conjunto sería suyo, no mío.Tienes que estar aquí conmigo de verdad, totalmente aquí conmigo. Entonces... Entonces surge un nuevo entendimiento. Y esto debería convertirse en tu forma de vida, en tu estilo. Implícate constantemente en la realidad, participa en la realidad. No seas un observador y no te intereses demasiado por las imágenes; de lo contrario, poco a poco, perderás la capacidad de ser consciente de la realidad".
Osho-La búsqueda. Charlas sobre los Diez Toros del Zen

viernes, 25 de abril de 2008

Para una dieta correcta

lo primero que hay que recordar es que no debería provocar excitación, no debería intoxicar, no debería ser pesada. Después de comer correctamente no debe­rías sentir pesadez ni somnolencia...


Un gran médico, el doctor Kenneth Walker, ha dicho en su autobiografía que según la experiencia acumulada a lo largo de su vida, la mitad de lo que la gente come llena sus estómagos y la otra mitad llena los estómagos de los médicos. Si comiesen la mitad de lo que comen normalmente, no enfermarían y no ha­bría necesidad de médicos.

Algunas personas enferman porque no tienen suficiente co­mida y otras enferman porque tienen demasiada comida. Algu­nas personas se mueren de hambre y otras de sobrealimentación...
Osho- El Libro del Hara"

jueves, 24 de abril de 2008

LA MAYOR COBARDIA ES IMITAR (Clickear foto)

La mayor cobardía del mundo es seguir a los demás: imitarlos. Si lo haces, te vuelves artificial; nunca serás una verdadera rosa, sino sólo una rosa de plástico que parece una rosa pero no lo es. No tendrá ni fragancia ni vitalidad; no danzará al viento ni cantará al sol: ¡estará muerta!

EL ABC DE LA ILUMINACION OSHO


miércoles, 23 de abril de 2008

Osho...compartiendo


Sè luz ...
Sè libertad ...
Sè fragancia ...
Sè camino...
Osho

¿Qué es la enfermedad?

"Cuando falla una conexión con la existencia, estás enfermo".
Cuando la cabeza se desconecta, apa­rece el dolor de cabeza; cuando el que se desconecta es el estó­mago, aparece el dolor de barriga. En alguna parte te has vuelto autónomo; has dejado de formar parte del océano de interdepen­dencia que constituye la existencia. Ahí es donde aparece la en­fermedad. La enfermedad tiene una cierta autonomía, una cierta independencia. Cuando tienes un tumor canceroso en tu interior, éste constituye un universo en sí mismo; está desconectado de la existencia.
Una persona enferma es aquella que está desconectada de va­rias maneras.
Cuando una enfermedad determinada se vuelve crónica, indica simplemente que la raíz está completamente des­truida, que ni siquiera es posible replantarla. Tendrás que seguir viviendo sólo parcialmente; una parte de ti estará muerta. Alguien está paralizado: ¿qué significa?, pues que el cuerpo ha perdido el contacto con la energía universal. Ahora es como si fuese una cosa muerta: inerme y desconectada.
La savia de la vida ya no fluye en su interior.

Osho- El ABC de la Iluminación

Es mejor ser natural que controlar tu enojo.

¿Perderé muchos amigos de esta manera... y el precio que se paga por ser honesto es demasiado?.

No lo es, porque si eres natural quizá inmediatamente puedas sentir que el precio es demasiado; ¡nunca lo es! A largo plazo ser natural siempre trae beneficios. La represión puede darte una falsa apariencia de que las cosas están bajo control y de que todo va bien; finalmente tienes que pagar por esto. Entonces es demasiado tarde y no puedes hacer nada. Esto es lo que se le ha hecho a todos, toda madre le ha hecho esto a cada niño. ¿Piensas que el control ha sido simple? Todos los psiquiatras se dedican simplemente a limpiar las cosas que las madres han hecho. La profesión psiquiátrica entera está sólo deshaciendo las cosas que las madres han hecho, nada más, ese es todo su negocio.
Si las madres me escuchan los psiquiatras morirán, morirán de hambre. Es realmente costoso.

Todos los locos en los manicomios existen debido a las madres que han sido demasiado controladoras.
Osho

Créeme: la vida es la única verdad que existe.

No hay más dios que la vida, así que déjate poseer por la vida en todas sus formas, colores y dimensiones: todo el arco iris, todas las notas musicales.
Si pudieses conseguir una cosa tan sencilla... y es sencilla porque sólo es cuestión de dejarse llevar. No empujes al río; deja que sea él quien te conduzca al océano, pues él ya va de camino. Relájate, no estés tenso y no trates de ser espiritual. No crees ninguna división entre materia y espíritu. La existencia es una; la materia y el espíritu son simplemente las dos caras de la misma moneda. Relájate, descansa y déjate llevar por el río. Sé un jugador, no un hombre de negocios, y sabrás más de Dios por­que el jugador puede arriesgarse. El jugador no es calculador; pue­de jugarse todo lo que tiene. Pero la emoción del jugador cuando se lo ha jugado todo y espera... ¿qué va a pasar ahora? En ese pre­ciso instante puede abrirse una ventana: puede producirse una transformación de la gestalt interior.
Sé un borracho: embriágate con la vida, con el vino de la exis­tencia. No te mantengas sobrio, pues el sobrio está muerto. Bebe el vino de la vida, pues contiene tanta poesía, tanto amor y tanta savia, que en cualquier momento puedes atraer a la primavera.
No tienes más que llamar a la primavera y dejar que el sol, el vien­to y la lluvia penetren en ti.



Osho- El ABC de la Iluminación

AJENO A LA ROSA (Clickear foto)

!!! PIENSA MENOS Y EXPERIMENTA MAS !!!. Ese es mi mensaje funda­mental: sé existencial. El intelecto va dando vueltas y más vueltas, pero no llega nunca a lo real. No puede; le resulta imposible. La verdad tiene que encontrarse en un estado de no-mente, así que todo el trabajo consiste en anular la mente: en vivir más allá de la mente y en vivir y gozar de la vida sin pensar en ello.
La verdad está dentro de ti; quédate en silencio y la encontra­rás. Sólo es cuestión de ser paciente y sagaz. El pensamiento te mantiene tan ocupado que no te permite descubrir que la verdad ya está dentro de ti.
Tal vez no lo hayas notado, pero ¿qué ocurre cuando piensas? Cuando piensas, te cierras. El presente queda postergado. Avan­zas por una senda onírica de la mente. Una palabra trae otra y un pensamiento genera otro, y sigues avanzando. Cuanto más piensas, más te alejas de la existencia. Pensar es una forma de alejarse; un método onírico que consiste en soñar conceptos. Vuelve a la tie­rra. La religión es muy terrenal en este sentido; no mundanal sino muy terrenal: sustancial. Vuelve a la existencia.
Los problemas de la vida sólo pueden resolverse si te arraigas profundamente en la existencia. Volando a lomos del pensamiento te alejas cada vez más de las raíces, y cuanto más lejos estás, menos posibiüdades tienes de resolver nada. Más bien lo confundirás todo y todo se volverá más complicado. Y cuanto más complicado, más tendrás que pensar y más te alejarás. ¡Cuidado con el pensamiento!

OSHO

EL ABC DE LA ILUMINACION


martes, 22 de abril de 2008

La envidia es comparación.

Pero hemos sido educados para comparar y programados para comparar; para comparar siempre.

Fulano tiene una casa mejor, fulana un cuerpo más bonito, uno tiene más dinero y el otro una personalidad más carismática. Com­para; no pares de compararte con todo aquel que pase por tu lado, y el resultado será una gran envidia; es un subproducto de la pro­gramación para comparar.
Si, por el contrario, dejas de comparar, la envidia desaparece. Lo único que sabes es que tú eres tú y que no eres nadie más, ni falta que te hace. Es una suerte que no te dé por compararte con los árboles, si no te pondrías muy envidioso: ¿por qué no eres verde?, ¿por qué Dios ha sido tan duro contigo y no te ha puesto flores? Y más te vale no compararte con los pájaros, los ríos o las montañas, o acabarías padeciendo. Compárate sólo con los seres humanos, pues has sido programado para compararte únicamen­te con los seres humanos; no te compares con los pavos reales o los loros. De lo contrario, tu envidia no parará de aumentar: aca­barás tan repleto de envidia que no te dejará vivir. La comparación es una actitud muy ridícula, puesto que cada persona es única e incomparable. Una vez asimilado ese convencimiento, la envidia desaparece.
Cada cual es único e incompara­ble. Sólo eres tú mismo: no ha habido ni habrá nadie como tú ni tienes por qué parecerte a nadie.
Osho- El ABC de la Iluminación

Los libros no sirven para nada;

El señor Goldberg, un próspero peletero, envió a su hija a Eu­ropa para que adquiriese un poco de cultura y, tal vez, encontra­se un compañero rico. Unos meses más tarde, ella escribió pidiendo a papá que le enviase un libro de etiqueta. —Debe de estar tratando con gente muy refinada -pensó el pa­dre para sí. Cinco meses más tarde volvió a escribir pidiendo otro libro de etiqueta. —Seguro que sale con príncipes -dijo Goldberg saltando de alegría. Al cabo de dos años, Becky volvió a casa. El señor Goldberg la esperaba en el muelle y se quedó estupefacto al verla aparecer con un niño en los brazos. —¿De quién es ese niño? -preguntó. —Mío -respondió ella. —¿Y el padre? —No lo sé, papá -dijo sacudiendo la cabeza. —Recibiste dos libros de etiqueta -gimió Goldberg desesperado-y ni siquiera aprendiste a preguntar: «¿Con quién tengo el placer?»
Los libros no sirven para nada; ni siquiera dos libros de eti­queta harán de ti una persona cultivada, como tampoco mil libros de espiritualidad te volverán espiritual.
No se trata de estar más informado.

"Es cuestión de transformación, no de información".

Osho- El ABC de la Iluminación

lunes, 21 de abril de 2008

Todos son fragmentos tuyos.

Hay muchas personas que oyen continuamente voces interio­res. Tales voces interiores no son más que residuos; sólo son fragmentos de la mente y no tienen ningún valor.

Pero a veces puedes creer que estás oyendo a algún guía interior o a algún maestro del más allá, o acaso a algún espíritu, como un espíritu tibetano, e ima­ginarte cosas de ésas. Pero lo único que harás es engañarte a ti mismo.
Todos son fragmentos tuyos. Y si los sigues, acabarás loco, pues una parte tirará de ti hacia el norte y otra hacia el sur. Em­pezarás a desmoronarte. Recuerda que en eso consiste la neuro­sis, de modo que aprende a tener cuidado con todas esas voces. No hagas caso de ninguna; confía únicamente en el silencio. No te fíes de ninguna voz, pues todas las voces proceden de la mente y no tienes una mente, sino muchas. Persiste la falacia de que sólo tenemos una mente, pero es falso. Tienes muchas mentes. Por la mañana predomina una, al me­diodía otra y por la tarde una tercera; pero tienes muchas más. Gurdjieff solía decir que tienes muchos yoes. Mahavira dijo que el hombre es polipsíquico.
¡Eres una multitud! Si no dejas de es­cuchar esas voces interiores y las sigues, lo único que consegui­rás es destruir toda tu vida.



Osho- El ABC de la Iluminación

domingo, 20 de abril de 2008

Esperar es sólo esperar;

no es esperar a alguien o que pase algo. ¿Cómo puedes esperar algo que desconoces?
Y no pasará nada de lo que piensas que tendría que pasar, ya que eso parte de tu pasado y tu pasado no ha sido otra cosa que oscuridad e igno­rancia. El pensamiento negativo no puede hacer nada, ni siquiera pensar en qué va a pasar. Ese estado, ese silencio y esa pureza ab­solutas, es la muerte y la resurrección.
La espera no tiene objeto, y en eso consiste la meditación. De­finiré la meditación: la meditación es esperar sin perspectivas; es­perar por esperar. Pero la verdad siempre está ahí, latiendo en el centro de tu yo. La espera permite que florezca, te ayuda a disol­verte y permite que lo más profundo se manifieste.
La espera li­bera la canción y la celebración que hay en ti.

Osho- El ABC de la Iluminación

sábado, 19 de abril de 2008

Yo te enseño a ser verdaderamente egoísta para que puedas ser altruista.

No hay ninguna contradicción entre ser egoísta y ser altruista: ser egoísta es la condición básica para ser altruista. Pero hasta ahora te han contado precisamente lo contrario; te han en­señado lo contrario: si quieres ser altruista y quieres amar a los de­más, no te ames a ti mismo; en realidad, ódiate a ti mismo. Si quie­res respetar a los demás, no te respetes a ti mismo. Humíllate y condénate de todas las maneras posibles. ¿Y qué ha pasado por culpa de esa enseñanza? Nadie ama a nadie. La persona que se condena a sí misma no puede amar a na­die. Si ni siquiera puedes amarte a ti mismo, que eres la persona más próxima, si tu amor no puede llegar ni al punto más cercano, es imposible que llegue hasta las estrellas. No puedes amar nada; sólo fingirlo. Y la humanidad se ha convertido en eso: en una co­munidad de farsantes, de hipócritas.
Por favor, trata de comprender lo que quiero decir con ser egoís­ta.
Primero tienes que amarte a ti mismo, conocerte a ti mismo y ser tú mismo. Gracias a eso irradiarás amor, comprensión, ternu­ra y abnegación por los demás. La verdadera compasión surge de la meditación, pero la meditación es un fenómeno egoísta.
"Medi­tación significa disfrutar de ti mismo y de tu soledad, olvidarte del mundo y gozar por ti mismo".
Es un fenómeno egoísta, pero de ese egoísmo nace un gran altruismo.
Y no alardeas de ello; no te vuelves egoísta. No estás al servi­cio de la gente ni haces que se sientan agradecidos.
Te limitas a disfrutar compartiendo tu amor y tu alegría.
Osho- El ABC de la Iluminación

Todos nacemos sin ego.


Cuando un niño nace, es pura con­sciencia: flotante, fluente, lúcida, inocente y virgen; no existe ego.



Más adelante el ego va siendo creado por los demás. El ego es el efecto acumulado de las opiniones de los demás sobre ti. Llega alguien, un vecino, y dice: «¡qué niño tan hermoso!», y le dedica una mirada muy apreciativa. En ese momento el ego empieza a funcionar. Hay quien sonríe y quien no sonríe; a veces la madre está muy cariñosa y a veces muy enfadada, y el niño va apren­diendo que no es aceptado tal como es. Su ser no es aceptado in-condicionalmente; hay condiciones por todos lados. Si llora y berrea cuando hay visitas en casa, la madre se pone hecha una fu­ria. Si llora y berrea cuando no hay visitas, la madre no se preo­cupa. Si ni llora ni berrea, la madre siempre le premia con cari­cias y un beso cariñoso. Si permanece tranquilo y callado cuando hay visitas, la madre se muestra enormemente feliz y gratifican­te. Asimila las opiniones de los demás sobre él; se mira en el es­pejo de la relación.
No puedes verte la cara directamente, sino que tienes que mi­rarte a un espejo, y en el espejo puedes reconocer tu cara. Ese re­flejo se convierte en tu idea de tu cara, pero hay mil y un espejos a tu alrededor y en todos te reflejas. Hay quien te quiere, quien te odia y quien es indiferente. Luego el niño va creciendo y acumu­lando las opiniones de los demás; la esencia global de las opinio­nes de los demás es el ego. Y empieza a verse a sí mismo de la manera en que le ven los demás, a verse a sí mismo desde fuera; eso es el ego. Si la gente le aprecia y le alaba, piensa que es un dechado de perfección y se siente aceptado. Si la gente no le ala­ba ni le aprecia, sino que le rechaza, se siente condenado. Entonces tratará por todos los medios de que le aprecien, de que le aseguren una y otra vez que es respetable, que tiene un valor, un propósito y un significado. Luego viene el miedo a ser uno mismo; pero hay que adaptarse a las opiniones de los demás.
Si renuncias al ego, de repente vuelves a ser un niño.
Dejas de preocuparte por lo que los demás piensen de ti y dejas de prestar atención a lo que los otros digan de ti. No te das por aludido, ni siquiera mínimamente. Has renunciado al espejo. No tiene senti­do; tienes la cara que tienes,
¿para qué consultar al espejo?
Osho- El ABC de la Iluminación

viernes, 18 de abril de 2008

Tómate el mundo como un gran drama.

Se están representan­do mil y una obras y tienes que participar en muchas escenas. Pasas continuamente de un escenario a otro: de casa a la oficina, de la oficina a la iglesia, de la iglesia al club, etcétera.
Los escenarios son todos distintos, los decorados son distintos y tienes que representar distintos papeles. Pero sólo son papeles; no te los tomes en serio. No es necesario que los repudies. Repudiarlos significa que te los has tomado en serio. Por eso digo que nunca repudies nada. Vive tu papel y disfrútalo, es divertido; pero no te lo tomes a pecho; tómatelo con calma. No vale la pena que te preocupes. Sea cual sea el papel que tengas que representar en determina­da circunstancia, hazlo tan bien como puedas: bórdalo; pero una vez que se acabe, si has triunfado o fracasado es irrelevante. No mires atrás, sigue adelante, pues hay otros papeles que represen­tar. El éxito o el fracaso carecen de importancia. Lo que es importante es la consciencia de que todo es un juego. Cuando esa consciencia impregna toda tu vida, te libe­ras de todo tipo de ataduras y tus manos quedan libres de ca­denas; ya no hay nada que te aprisione. Te vales de máscaras, pero sabes que no son tu rostro original. Y puedes quitarte la máscara, pues ahora sabes que es una máscara; te la puedes qui­tar: es de quita y pon. Además, ahora también conoces tu rostro original.
El hombre que es consciente de que la vida es un juego, co­noce su rostro original. Y conocer su rostro original es conocer todo lo que vale la pena conocer, ya que es el rostro de dios; es el rostro de la verdad, el amor y la libertad.
Osho- El ABC de la Iluminación

El hombre se ha convertido en un espectador

; por alguna ra­zón, se ha vuelto un mero observador.
No participa en la celebra­ción y es por culpa de la mente.
La mente es un observador, un espectador, y evita participar. Le gustaría ver una película de amor, pero no enamorarse, pues eso es peligroso. Le gustaría leer un libro como Siddhartha o El profeta, pero no le gustaría convertir­se en Siddhartha, ya que eso es peligroso. Siempre se mantiene apartada; quiere verlo todo en una pantalla de televisión, pues ahí no hay peligro.

Meditación significa participar en la celebración de la existen­cia. No seas sólo un espectador; participa en el misterio de la vida. Baílala, cántala, siéntela e identifícate con ella.
Osho- El ABC de la Iluminación

jueves, 17 de abril de 2008

No nos queda más remedio que envejecer;

Si envejeces gozosamente, la vejez es hermosa!!! por sí misma: está dotada de nobleza, plenitud, madurez y sensatez. Los jóvenes no tienen nada en comparación con las personas experimentadas, que han vivido la vida y saben que sólo es un juego. En el momento en que una persona comprende que toda la vida no es más que un juego, su vejez es tan hermosa y elegante que ningún joven se le puede comparar.
Osho- El ABC de la Iluminación

Todo el mundo está interesado en salir

; nadie está interesado en entrar, porque en el momento en que te planteas entrar, te acuerdas de muchas cosas que tienes ahí escondidas. Fuiste tú y nadie más que tú quien las acalló, por eso sabes perfectamente que la ira, el odio, el sexo, la codicia y la envidia están ahí... Hay miles de cosas hirviendo y borboteando que en cualquier momento pueden explotar. Es mejor salir que entrar; es mejor evadirse a cualquier parte y has probado muchas maneras de hacerlo. Las gentes quieren mantenerse ocupadas, y si no tienen nada que hacer, buscarán una cosa u otra en que entretenerse. Puede que se pongan a releer el mismo periódico. Si la primera vez sólo ha­bía tonterías, ¿por qué has de leerlo de nuevo? No tienes nada que hacer, pero te gustaría hacer algo porque cada vez que estás sin ha­cer nada, de repente la energía empieza a volverse hacia dentro; sólo se quedará fuera si tiene algo a que aferrarse.
Cuando estás inactivo y solo, sientes desasosiego.


Te gustaría ir al club, al teatro o simplemente a pasear por el mercado para mantenerte ocupado. Al menos pasear, ver las tiendas, mirar los escaparates o hablar con la gente de cosas absolutamente intrans­cendentes, pues ni tú necesitas hablar ni ellos escuchar; pero la gente no para de hablar sin saber por qué; buscan algo donde aferrarse.
La gente se mantiene ocupada aunque no tenga nada que ha­cer, y tal vez diga que le gustaría descansar; pero nadie quiere des­cansar porque entonces el descanso se convierte automáticamen­te en meditación y empiezas a volverte hacia dentro. Empiezas a desplazarte hacia tu núcleo interno y el miedo se apodera de ti. Te asustas, y por eso vas al mercado o al club; te haces miembro del Rotary Club o del Lions Club -hay miles de estupideces a tu al­rededor para perder el tiempo con ellas. Haz algo, y si no encuentras nada que hacer o ser un rotario es difícil o no eres lo bastante rico para ir al restaurante, puedes ir a la iglesia, la mezquita o el templo, que por lo menos son gratis. Allí puedes cantar: «Haré Krishna, Haré Rama» y mantenerte ocu­pado. O puedes escuchar a un estúpido sacerdote repitiendo las mismas cosas una y otra vez; pero al menos estás ocupado.
Man­tente ocupado. Sigue proyectándote hacia fuera y aférrate a algo externo, pues si no te aferras, de repente la energía empieza a di­rigirse hacia dentro.
Osho- El ABC de la Iluminación

MI SANNYAS (Clickear foto)

Esta civilización ha fracasado porque se ha erigido en contra de la naturaleza. El hombre se ha mostrado muy arrogante con la naturaleza: ha tratado de conquistarla, lo cual es sumamente ri­dículo. ¡Formamos parte de la naturaleza!, ¿cómo vamos a con­quistarla? Somos naturaleza; luchar contra la naturaleza es luchar contra uno mismo. Es tan insensato y suicida, que las generacio­nes venideras no podrán creer que el hombre cometiera semejan­te crimen.
El hombre tiene que aprender de nuevo a acercarse a los árbo­les, los bosques, las montañas y los océanos. Tenemos que apren­der a recuperar su amistad, y mi sannyas es un esfuerzo por al­canzar ese gran objetivo.
El hombre sólo puede vivir feliz con la naturaleza, no contra la naturaleza. En el momento en que te revuelves contra la natu­raleza, la energía amorosa se transforma en odio. Si fluimos en
total armonía con la naturaleza, el amor crece, madura y se vuel­ve más integrado. Y la maduración del amor es el mayor don de la vida. Conocer una forma madura de amor es conocer a dios, pues aporta alegría, libertad y bendiciones

OSHO

EL ABC DE LA ILUMINACION


miércoles, 16 de abril de 2008

Siempre resulta más sencillo amar las cosas abstractas.

"Es más fácil amar a la humanidad que a los seres humanos, pues amando a la humanidad no se corre ningún riesgo".
Un solo ser humano es mucho más peligroso que la humanidad entera. La humanidad es una palabra; no existe ninguna realidad que se corresponda con ella. El ser humano es una realidad, y cuando se transita una realidad, se suceden los buenos tiempos y los malos; el dolor y el placer; los ascensos y las caídas; los altos y los bajos, la agonía y el éxtasis.



El amor a la humanidad no tiene éxtasis ni agonía.
De hecho, amar a la humanidad es una manera de soslayar a los se­res humanos: como eres incapaz de amar a los seres humanos, te pones a amar a la humanidad simplemente para engañarte a ti mismo.
"Evita las abstracciones".
Osho- El ABC de la Iluminación

Un seguidor no podrá ser nunca un buscador,

porque seguir a alguien significa que otra vez estás anhelando seguridad: quieres estar seguro de conseguirlo, así que sigues el camino de cualquier otro que ya lo haya conseguido.
Pero el que ha sido el camino para cualquier otro puede que no sea el camino para ti.
De hecho no puede serlo, porque los individuos son únicos, cada una tiene que crear su propio camino. No es que el camino ya este hecho y uno tenga que seguirlo para llegar a alguna parte; es tu propia vida la que crea un camino para ti por el que tú caminas. Tú creas el camino y lo recorres, y cuanto más lo creas, más avanzas. El camino creado por una persona no puede ser recorrido por ninguna otra porque el camino del buscador es un camino interior. No hay flechas ni hitos que te indiquen, no hay ninguna señal exterior en absoluto. Jesús siguió cierto camino, pero ese camino era un camino interior que sólo existía para él. Nadie más puede recorrerlo. Ninguna persona puede ocupar el lugar de otra persona. Tú no puedes morir en mi lugar. Tú puedes morir por mí (eso es otra cosa) pero no me puedes remplazar en mi muerte, elegida por ti; no será mi muerte. De la misma forma, no puedes amar en mi lugar. No puede haber sustitutos. Así que cada uno tiene su propio camino. Cada uno tiene que creárselo él mismo. Cada uno tiene que buscar en absoluta soledad, en una total oscuridad. Pero esa misma búsqueda se convierte en una luz en la oscuridad porque la propia conciencia de estar solo destruye la soledad y crea su propio coraje. Cuando eres completamente consciente que estás solo, no hay miedo. El miedo llega con el anhelo,con el sueño, con la idea de que alguien pueda acompañarte. Pero si eres absolutamente consciente del hecho de que estás solo, no hay miedo. Y ese es el caso, te das cuenta de que no hay forma de escaparse.
Esa soledad es el camino, esa soledad es meditación.
Todavía puede que preguntes qué hacer con esta soledad. No hay que hacer nada porque los actos no son más que una huida de ella, cada acto es una ocupación para olvidar la soledad.
Osho

martes, 15 de abril de 2008

La dicha es un arte.

La dicha es mejor que la alegría, pues la alegría supone que algo ha terminado, finalizado, concluido; algo a lo que se ha pues­to punto final.



La dicha es continua, como un río, no puede detenerse y nun­ca llega a un punto final. Y la vida es más parecida a la dicha que a la alegría, pues en cuanto la alegría se acaba, caes en su contra­rio: te pones triste, te desesperas y empiezas a anhelar de nuevo la alegría. Empiezas a recordar los encantos de la alegría: es la nostalgia y el desconsuelo por su desaparición. La dicha es más afín a la vida; la vida es así y así debería ser. Fluímos de una cumbre a otra y el flujo jamás se detiene. Tu vida sólo puede convertirse en un flujo continuo si tu tristeza también es absorbida por tu alegría; de lo contrario, no. Si la tristeza se en­frenta a la alegría, ésta se acabará y la tristeza llevará la voz can­tante; tendrá su oportunidad.
Como la noche sigue al día, la ale­gría dará paso a la tristeza.
La dicha es un arte. Significa que la danza continúa.
Tanto da que sea de día como de noche: uno disfruta del día y del sol y de la luz, y cuando llega la noche, disfruta de la oscuridad: de su pro­fundidad y su tacto aterciopelado. Pero la danza continúa. Tanto en el éxito como en el fracaso, la juventud y la vejez, la soledad y la compañía, la vida y la muerte, la dicha continúa. Por eso hago más hincapié en la dicha que en la alegría. La dicha es más amplia: abarca ambos opuestos, de ahí que sea más total. Y todo lo que es total es divino, mientras que lo parcial deja de serlo.
Osho- El ABC de la Iluminación

lunes, 14 de abril de 2008

Tal como lo veo yo,

la ecología externa está siendo destruida porque ha sido destruida la ecología interna. Sólo es una conse­cuencia.
Cuando el hombre deja de ser uno en su interior -divi­dido, en conflicto, como un grupo violento en medio de una mul­titud-, también provoca alteraciones en la naturaleza. Ambas cosas están relacionadas.
Cuanto más se destruye la naturaleza y los sistemas naturales, más se destruye al hombre. Y como la naturaleza afecta constan­temente al hombre y el hombre a la naturaleza, se establece un círculo vicioso. Aunque, a mi entender, el problema principal se encuentra en algún lugar dentro del hombre. Si estás relajado in­teriormente, si has llegado a un acuerdo con tu propia naturaleza, serás capaz de entender el funcionamiento del mundo y no crea­rás ningún problema. No abrirás ninguna brecha; verás que todo está interconectado y que no se puede...
Pero el problema funda­mental está dentro del hombre.
Osho- El ABC de la Iluminación

Si tienes creencias nunca sabrás la verdad.

Si quieres saber de verdad, no creas.

Con esto no quiero decir que “no creas”, porque “no creer” es otra clase de creencia. No creas, pero experimenta. Experimenta por ti mismo, y si entonces puedes ver, si entonces puedes sentir algo, solamente entonces créelo. Pero entonces ya no es creencia, entonces es confianza. Esta es la diferencia entre creencia y confianza: la confianza procede de la experiencia; la creencia es simplemente un prejuicio sin experiencia alguna que lo justifique.
No creas algo porque lo digan la escrituras, y no creas porque lo dice la gente respetable, porque quizás hablen así porque al hacerlo se vuelven respetables.
No creas porque lo dicen los curas, porque los curas están haciendo una especie de negocio. Tienen que decir eso; son vendedores. Están vendiendo un producto invisible, que no puedes ver pero en el que has de creer.

Experimenta, entra en la experiencia existencial de todo ello. Convierteté en un laboratorio – tu propio laboratorio. Y al no ser que provenga de tu propia experiencia, no lo creas, y entonces sólo entonces puedes comenzar a confiar. La verdad “que crees” es una mentira. La verdad experimentada es un fenómeno totalmente diferente.
"Esta es la aproximación de la mente científica".
Osho

¿Has observado alguna vez...

..que cuando un político está echan­do una arenga rodeado de millones de personas que están pen­dientes de él, se produce un orgasmo sutil?

Se siente feliz: hay tanta gente dirigiendo su atención hacia él, tanta vitalidad des­bordando hacia él y tantas vibraciones corriendo hacia él, que se mezclan con las suyas y se produce un gran orgasmo. Se pone ra­diante; resplandece. Cuando un político es derrotado o sufre algún revés, todo el esplendor y todo el carisma desaparecen. Si ves a un político fracasado -por ejemplo: si ves a Richard Nixon en la ac­tualidad-, te quedarás sencillamente asombrado de cómo ese hom­bre que fue tan poderoso ha podido volverse tan impotente. Todo el carisma ha desaparecido. ¡Pobre Nixon...!, ¿qué se ha hecho aquel hombre que fue tan poderoso? La energía que fluía hacia él ha dejado de fluir y el orgasmo ya no se produce. Ha perdido a su amada: la amada era la multitud; tenía una aventura con la multi­tud y ahora todo se acabó.
Cuando han fracasado, los políticos pa­recen vacíos; cuando triunfan, se ven tan pictóricos...
Osho- El ABC de la Iluminación

domingo, 13 de abril de 2008

Vive la vida de todas las maneras posibles;

pero no escojas una cosa en contra de otra ni trates de estar en el centro. Tampoco intentes equilibrarte; el equilibrio no es algo que tú puedas culti­var, sino algo que resulta de la experiencia en todas las dimensio­nes de la vida.

El equilibrio es algo que se produce; y no algo que pueda provocarse. Si lo provocas será falso, forzado; te pondrás tenso y no estarás relajado, pues ¿cómo puede relajarse un hom­bre que trata de mantenerse en equilibrio en el centro? Siempre estará asustado, pues si se relaja puede empezar a decantarse ha­cia la derecha o hacia la izquierda; no le queda más remedio que permanecer en tensión. Y estar en tensión supone dejar pasar to­das las oportunidades; todos los dones del cielo.
No estés tenso. No vivas la vida conforme a principios. ¡Vive la vida en su totalidad; bébetela hasta la última gota! Sí, a veces es amarga, ¿y qué? Probar su amargura te permitirá apreciar su dulzura, y sólo serás capaz de apreciar su dulzura si has probado su amargura. El hombre que no sabe llorar tampoco sabrá reír, y las lágrimas del hombre que no puede reír con ganas, a carcajadas, serán lágrimas de cocodrilo: no pueden ser sinceras ni pueden ser auténticas. Yo no predico el camino del medio, sino el camino total. El equilibrio ya vendrá por sí solo.
Osho- El ABC de la Iluminación

Escoge cuidadosamente a tus enemigos...

¡pues estarás condi­cionado por ellos!
Naturalmente, para luchar contra ellos tendrás que aprender sus estrategias, sus tácticas y sus costumbres. Poco a poco, los enemigos acaban pareciéndose; más incluso que los amigos.

Osho- El ABC de la Iluminación

Nunca he votado en mi vida.

Toda mi familia tenía una orien­tación política, todos eran luchadores por la libertad de la India cuando todavía se encontraba bajo la dominación británica. Estu­vieron en prisión, sufrieron y, naturalmente, cuando el país alcan­zó la libertad, se vieron envueltos en la política.

Mis tíos me decían:
«Eres una persona educada, ¿por qué no utilizas el poder de tu voto? Tienes la facultad de crear un gobier­no o cambiarlo».
Yo respondía: «Ya lo sé, pero es inútil cambiar un carcamal por otro carcamal. No vale la pena; cambian los nombres, pero todo sigue igual».
De hecho, más vale mantener en su puesto al antiguo carcamal, ya que tarde o temprano habrá acumulado tan­ta riqueza, poder, nombre y fama, que se volverá menos codicio­so, pues siempre hay, naturalmente, un punto de saturación.
Cuando relevas al viejo carcamal y entregas el poder a uno nuevo -uno era republicano y el otro es demócrata-, el nuevo carcamal se lanza inmediatamente a acaparar todo lo que pueda, pues cuatro años pasan volando y en cualquier caso la gente aca­bará devorándolo. Así que, durante cuatro años, estafa todo lo que puede. Mientras tanto, el otro partido se granjea simpatías. Ese es el juego. Y la gente se olvida de que «a ese partido ya lo hemos echado». En los Estados Unidos: ¿cuántas veces habéis echado a los republicanos y cuántas a los demócratas? ¿Por cuánto tiempo pensáis seguir haciendo lo mismo una y otra vez?
No tenéis más que hacer cuentas: en doscientos años, ¿cuán­tas veces habéis echado al mismo partido?
Si tuvieseis un poco de inteligencia, ¡cuando echáis a un partido tendría que ser para siempre! Puesto que carece de inteligencia, potencial e ideología, tendría que suponer su final.
Osho- El ABC de la Iluminación

Oír es algo maquinal; como tienes orejas, oyes.

Si te estás que­dando sordo, un aparato mecánico puede ayudarte a oír mejor. Las orejas no son más que un determinado mecanismo para captar sonidos. El oído es muy simple; los animales oyen, como oye todo aquel que tenga orejas. Pero escuchar corresponde a un ni­vel mucho más elevado.
Escuchar significa que cuando oyes, sólo oyes y no estás ha­ciendo otra cosa, que no hay otros pensamientos en tu mente ni nubes cruzando por tu cielo interior, de modo que todo lo que se dice llega hasta ti tal como se ha dicho. No ha sido interferido por tu mente ni interpretado por tu ego, tus prejuicios, ni oscureci­do por nada de lo que, en ese momento, pasa en tu interior, pues todo eso son distorsiones.
Normalmente no es difícil; te las arreglas con sólo oír, pues las cosas que oyes son objetos comunes. Si digo algo sobre la casa, la puerta, el árbol o el pájaro, no hay ningún problema. Se trata de objetos comunes; no hay necesidad de escuchar. Pero sí la hay cuando se habla de algo como la meditación, que no es en absolu­to un objeto, sino un estado subjetivo. Sólo podemos indicarlo; si estás muy alerta y atento, es posible que captes algún significado.
Osho- El ABC de la Iluminación