lunes, 14 de abril de 2008

¿Has observado alguna vez...

..que cuando un político está echan­do una arenga rodeado de millones de personas que están pen­dientes de él, se produce un orgasmo sutil?

Se siente feliz: hay tanta gente dirigiendo su atención hacia él, tanta vitalidad des­bordando hacia él y tantas vibraciones corriendo hacia él, que se mezclan con las suyas y se produce un gran orgasmo. Se pone ra­diante; resplandece. Cuando un político es derrotado o sufre algún revés, todo el esplendor y todo el carisma desaparecen. Si ves a un político fracasado -por ejemplo: si ves a Richard Nixon en la ac­tualidad-, te quedarás sencillamente asombrado de cómo ese hom­bre que fue tan poderoso ha podido volverse tan impotente. Todo el carisma ha desaparecido. ¡Pobre Nixon...!, ¿qué se ha hecho aquel hombre que fue tan poderoso? La energía que fluía hacia él ha dejado de fluir y el orgasmo ya no se produce. Ha perdido a su amada: la amada era la multitud; tenía una aventura con la multi­tud y ahora todo se acabó.
Cuando han fracasado, los políticos pa­recen vacíos; cuando triunfan, se ven tan pictóricos...
Osho- El ABC de la Iluminación

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