; por alguna razón, se ha vuelto un mero observador.
No participa en la celebración y es por culpa de la mente.
No participa en la celebración y es por culpa de la mente.
La mente es un observador, un espectador, y evita participar. Le gustaría ver una película de amor, pero no enamorarse, pues eso es peligroso. Le gustaría leer un libro como Siddhartha o El profeta, pero no le gustaría convertirse en Siddhartha, ya que eso es peligroso. Siempre se mantiene apartada; quiere verlo todo en una pantalla de televisión, pues ahí no hay peligro.
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