Cuando observes el sufrimiento, súbitamente dejarás de ser quien sufre y comenzarás a gozar. A través del sufrimiento podrás tomar conciencia del polo opuesto, el beatífico ser interno. De modo que cuando digo que goces, lo que estoy diciendo es: observa. Regresa a la fuente, céntrate. Luego, repentinamente, ya no habrá dolor; sólo existirá el éxtasis. Quienes están en la periferia, existen en el dolor. Para ellos, no hay éxtasis. Para aquellos que han alcanzado su centro, no existe el dolor. Para ellos, sólo hay éxtasis.
Cuando digo que rompas la taza, me refiero a la periferia. Y cuando digo vacíate del todo, lo que digo es que regreses a la fuente original, porque mediante el vacío nacemos y al vacío regresamos. En realidad, vacío es una mejor palabra que Dios, porque al decir Dios comenzamos a sentir que se trata de una persona. De modo que Buda nunca dice Dios, dice shunyata: vacío, nada. En el centro, eres un no-ser, nada, sólo un vasto espacio, eternamente fresco, silencioso, beatífico. De modo que cuando digo que goces, lo que quiero decir es: observa y gozarás. Cuando digo goza, lo que quiero decir es: no escapes.
Suficiente por hoy.
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