Puedes matar con ella, no puedes resucitar con ella. No puedes dar vida con ella, puedes asesinar con ella. Las verdades pueden ser asesinadas mediante discusión, pero no pueden ser resucitadas. Es violencia; la actitud misma es violenta. En realidad no pretendes la verdad, pretendes la victoria. Cuando el objetivo es la victoria, puedes sacrificar también la victoria.
El objetivo debe ser la verdad, no la victoria, porque cuando el objetivo es la victoria eres un político, no un hombre religioso. Eres agresivo, estás intentando de alguna manera subyugar al otro, dominarlo y tiranizado. Y la verdad nunca puede convertirse en una dominación, nunca puede destruir al otro. La verdad nunca puede ser una victoria en el sentido de que has subyugado al otro. La verdad aporta humildad. No son ego-trips, pero todas las discusiones son ego-trips. Por lo que la discusión nunca puede llevar a lo real; siempre conduce a lo irreal, lo falso, porque el mismo fenómeno que persigues, la victoria, es estúpido. La verdad gana, no tú, no yo. En una discusión tú ganas, o yo gano, la verdad nunca gana.
Osho- Ni agua, Ni luna pàg 16
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