miércoles, 2 de enero de 2008

Todo se basa en la experiencia.


Zen es experiencial. No habla de grandes cosas, no es una filosofía. Es un fenómeno simple y muy obvio― consiste en mirar en tu interior. ¿Qué puede ser más fácil? A medida que profundizas en tu interior, un mundo totalmente nuevo se abre ante ti y tu lenguaje se vuelve irrelevante. Todo lo que puedes decir es que lo anterior se ha acabado. Lo “nuevo” no tiene continuidad con lo antiguo. Ni el lenguaje ni ningún gesto, nada puede dirigir lo nuevo de la manera en que lo antiguo sucedía.
Lo nuevo trae su propio lenguaje.
Lo nuevo trae su propio lugar.
Lo nuevo trae su realidad última.



Osho

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