viernes, 25 de enero de 2008

¿Qué necesidad hay de decir nada, cualquier comentario, cualquier interpretación?”




Se dice que cada mañana Lao Tzu acostumbraba ir a caminar en las colinas.

Un amigo le preguntó, ¿Puedo ir contigo algún día? Me gustaría particularmente ir mañana, porque tengo un invitado que está muy interesado en ti, y estará inmensamente feliz de tener la oportunidad de estar contigo por dos horas en las montañas.”
Lao Tzu dijo, “Yo no tengo objeción, sólo una simple cosa debe ser recordada. No quiero que sea dicho nada porque yo tengo mis ojos, tú tienes tus ojos, él tiene sus ojos, podemos ver.
No hay necesidad de decir nada."
El amigo accedió, pero en el camino cuando el sol comenzó a asomarse el invitado lo olvidó.


Era tan hermoso a la orilla del lago, el reflejo de todos los colores, los pájaros cantando y el loto floreciendo, abriéndose; no pudo resistir, lo olvidó. Dijo, “Qué hermoso amanecer.” Su anfitrión se sobresaltó porque él había roto la condición. Lao Tzu no dijo nada, nada se dijo ahí. De regreso en casa llamó a su amigo y le dijo, “No vuelvas a traer a tu invitado de nuevo. Habla demasiado. El amanecer estaba ahí, yo estaba ahí, él estaba ahí, tú estabas ahí... ¿Qué necesidad hay de decir nada, cualquier comentario, cualquier interpretación?”
Y esta es mi actitud: Tú estás aquí, cada individuo está aquí, la existencia entera está disponible. Todo lo que necesitas es solamente ser silencioso y escuchar a la existencia. No hay necesidad de ninguna religión, no hay necesidad de ningún Dios, no hay necesidad de ningún sacerdocio, no hay necesidad de ninguna organización. Yo confío en el individuo categóricamente. Nadie hasta ahora ha confiado en lo individual de tal forma. Así que todas las cosas pueden ser dejadas de lado. Ahora todo lo que te ha sido dejado es un estado de meditación, que simplemente significa un estado de fundamental silencio. La palabra meditación hace que se vea más pesado. Es mejor llamarlo sólo un simple, inocente silencio y la existencia te abre todas sus maravillas. Y ello sigue creciendo, tú sigues creciendo, y llega un momento en que has llegado a la misma cumbre de tu potencialidad... puedes llamarlo tu estado Buda, iluminación, bhagwata, deidad, lo que sea, no tiene nombre, así que cualquier nombre servirá.
Osho: The Last Testament, Volume 5, Chapter 16

No hay comentarios: