No hay planificación en la existencia; su belleza radica en que no se puede planificar.
Una vida no planificada posee una belleza tremenda porque siempre hay una sorpresa esperando en el futuro.
El futuro no va a ser simplemente una repetición; algo nuevo acontece siempre y uno no puede darlo por hecho.
La gente segura lleva una vida burguesa.
El futuro no va a ser simplemente una repetición; algo nuevo acontece siempre y uno no puede darlo por hecho.
La gente segura lleva una vida burguesa.
Esto significa levantarse a las siete y media, tomar el desayuno a las ocho, subir a las ocho y media al tren que os llevará a la ciudad, regresar a las cinco y media, tomar el té, leer el periódico, ver la televisión, luego cenar, hacer el amor con la mujer sin ningún amor e irse a la cama.
Eso mismo vuelve a empezar al día siguiente.
Todo está asentado y no hay sorpresa: el futuro no será otra cosa que el pasado repetido una y otra vez. Desde luego, no hay miedo. Habéis hecho estas cosas tantas veces que habéis adquirido destreza. Podéis hacerlas otra vez.
Con lo nuevo hay miedo, porque nunca se sabe si uno será capaz de hacerlo.
Con lo nuevo hay miedo, porque nunca se sabe si uno será capaz de hacerlo.
Uno está haciendo siempre por primera vez, de modo que siempre se está inseguro acerca de si se va a conseguir.
Pero en ese entusiasmo y en esa aventura están la vida... digamos estar vivos, porque la «vida» también se ha convertido en una palabra aburrida y muerta..., estar vivos y fluyendo.
OSHO
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