Siempre que se te presente un desafío, dale la bienvenida, no lo evites.
Y siempre que se te presente una aventura, no escapes de ella.
Inicia el viaje, empiézalo.
Nadie pierde nada por ser audaz. No estoy diciendo que el sendero de la aventura sea un lecho de rosas, porque no lo es. Las rosas son escasas y distantes entre sí, y abundan las espinas. Pero cuando se acepta una vida de aventura uno crece, cristaliza.
La gente corriente acepta una vida de seguridad, no de aventura: un buen trabajo, una buena casa, una buena esposa, un buen marido y buenos hijos... y la gente se queda satisfecha. La gente está satisfecha viviendo y muriendo cómodamente, como si la comodidad fuese el objetivo final.
Y lo que ocurre es que esas personas nunca crecen, nunca alcanzan ninguna cima, nunca realizan lo que Maslow llamó "actualización".
Se quedan en meras posibilidades. Es como si una semilla eligiese quedarse escondida en una casa y no estuviese dispuesta a correr la aventura de caer en el suelo.
Es peligroso, porque la semilla deberá morir.
Es peligroso, porque la semilla no sabe qué pasará cuando haya desaparecido.
Ninguna semilla sabe nunca qué sucede una vez que ha muerto. ¿Cómo podría saberlo? El árbol puede surgir o no....
No te confines en lo cómodo, en lo familiar, en lo seguro; no bases tu filosofía en las promesas de una compañía de seguros. Ten un poco más de valor, entra en lo desconocido".
No te confines en lo cómodo, en lo familiar, en lo seguro; no bases tu filosofía en las promesas de una compañía de seguros. Ten un poco más de valor, entra en lo desconocido".
OSHO